Uno de los ejemplos más sobresalientes de cómo el paganismo babilónico ha continuado hasta nuestros días,puede verse en la forma en que la Iglesia Romana inventó el culto a María, para reemplazar el antiguo culto a la diosa madre de Babilonia.
Cuando los hijos de Israel cayeron en apostasía, ellos también se descarriaron con este culto de la diosa madre. Como podemos leer en el libro de Jueces 2:13, “Y dejaron a Jehová y adoraron a Baal y a Astaroth”. Astaroth era el nombre bajo el cual la diosa era conocida por los hijos de Israel.
Uno de los títulos bajo el cual era la diosa conocida por los israelitas, era el de “Reina del Cielo”, como leemos en Jeremías 44:17-19. El profeta Jeremías los reprendió por venerarla, ¡Pero ellos se revelaron a pesar de su advertencia, y fue así como trajeron sobre sí mismo una plena destrucción por la mano de Dios!
Y no solamente en Efeso, sino también a través de Asia y del mundo entero era venerada la divina madre
Hechos 19:26-27
26 pero
veis y oís que este Pablo, no solamente en Efeso, sino en casi toda
Asia, ha apartado a muchas gentes con persuasión, diciendo que no son
dioses los que se hacen con las manos.
27 Y
no solamente hay peligro de que este nuestro negocio venga a
desacreditarse, sino también que el templo de la gran diosa Diana sea
estimado en nada, y comience a ser destruida la majestad de aquella a
quien venera toda Asia, y el mundo entero.
En Egipto, la madre babilónica era conocida como Isis, y su hijo como Horus.
Otra ciudad en donde el culto idólatra pagano a la madre era popular fue Efeso, y ahí También se hicieron intentos por mezclarlo con la cristiandad. En Efeso, desde tiempos primitivos, la diosa madre era llamada Diana.
Ahora, cuando el pueblo de Babilonia fue disperso en las varias áreas de la tierra, llevaron consigo el culto a la divina madre y al dios-hijo. Esto explica por qué todas las naciones en tiempos pasados adoraban a la divina madre y a su hijo de una u otra forma, ¡aún siglos antes de que el verdadero Salvador, nuestro Señor Jesucristo naciera en este mundo! En los diversos países donde se extendió este culto, la madre y el hijo eran llamados de diferentes nombres debido a la división de los lenguajes en Babel, pero la historia básica seguía siendo la misma.
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